martes, 5 de mayo de 2009

potentado

El primer día resultó mejor de lo esperado, pero ya al segundo me encuentro pateando la pelota fuera. Aunque hicimos un listado de actividades diarias no consigo hacerle caso. La media hora de ejercicios se convierte en 21 flexiones y 14 abdominales, las dos horas de internet se prolongan y se metamorfosean con el tiempo destinado a leer y a ver películas. Apenas si visito los sitios de empleo.

Y cuando llegue Kelvin del trabajo me preguntará como siempre qué he hecho de mi día, así que ensayemos una respuesta coherente.

- Diseñé una planilla excel inventario de la alacena, para así cumpli mejor mis nuevas funciones a cargo del presupuesto del supermercado. Más de 200 ítemes distintos, intentaré ahorrar lo suficiente como para justificar la compra de nutella, queso Philadelphia y babaganoush. Eso es mañana.

- Completé un top 5 de cementerios en facebook, que me mereció comentarios de amigos en Chile, Argentina y España.

- Leí un capítulo más de "Las uvas de la ira", precisamente aquel donde se explica el título del libro.

- Empecé a seguir a Juan Manuel Astorga, Soledad Onetto e Iván Valenzuela en twitter

- Vi el trailer de "Julia & Julie", con Meryl Streep y la niña ésta la de Enchanted. Pinta bien.

- Pasé la aspiradora, barrí la escalera, vacié el lavavajillas, ordené la alacena

- Vi un capítulo más de "Big love" en DVD

- Hablé con mi papá y mi hermano en Chile por Skype

- Me descargué "Egocripta", de Babasónicos

- Empecé a ver "Donde está Elisa" por youtube

No es poco, y nunca se sabe, cierto? alguna de estas actividades mínimas podría gatillar una cadena de efectos que terminen conmigo hecho un potentado.

Quien se ocupa, no se preocupa

Quien se ocupa, no se preocupa. Y desde hoy estoy en plan ocupación. Una hora al día me dedicaré a escribir y eso es todo lo que tengo claro de momento. Sospecho que terminaré escribiendo no-ficción, como de costumbre. Mi inspiración pasa por la indiscreción. Pero no sé aún qué figura retórica es la que más me acomoda esta vez. Primera o tercera persona? Estilo Querido diario? estilo verborrea torrencial? Lo único en lo que no concedo es en la ortografía.

Se me ocurrió que sería una buena idea partir el relato en el trayecto desde Whangaparaoa a Auckland, en el auto de Kelvin. Una ruta muy guapa, en especial después de Takapuna, cuando se pueden ver los veleros en el golfo de Hauraki, el Harbour bridge y la torre Sky. Pero ya hemos visto demasiadas veces el paisaje, y la discusión sobre mi cesantía vuelve a surgir.

Ya lo estás haciendo de nuevo, pero si te he dicho que no me gusta discutir de estos temas mientras estás manejando.
No estamos discutiendo
Hmpffff

No se trata del volumen de la voz, por cierto. No se trata de que alguno ande de mal humor o que mañana sea lunes. Sino del sencillo detalle que la conversación que estamos teniendo no tiene fin ni puede tenerlo.

Mira, cuando estás frente al volante tienes el control, y quien está a tu lado puede argumentarte todo lo que quiera, pero no va a alterar este hecho. El copiloto no puede salir de la habitación, alegar que tiene que ir al baño, o incluso darte una patada. Se tiene que quedar donde está y tragarse las ganas. Al menos es así mientras conduces por la autopista. Agrégale que le tengo pánico al tráfico y que este tema me gatilla todos mis complejos de impotencia, y ya tienes a un chileno emputecido cualquiera.

Y no va ha haber conclusión a este debate porque yo soy contreras y te discutiría tu propio nombre si me das pie. No voy a encontrar trabajo discutiendo, y no voy a dejar de sentir que perdí el tren y que ahora todo se viene cuesta abajo en la vida. Piénsalo de este modo, si declarase estar de acuerdo con todo lo que dices sería una mejor manera de rehuir esta conversación. El que te lo discuta significa que me interesa.

O sea, dices que al llevarme la contra estás siendo positivo?


Un hecho de la causa. Antes de venirme a Auckland tenía un trabajo muy cómodo. Botones de un hotel de lujo en Madrid. A 15 minutos a pie del departamento que compartía con otros tres chavales en la calle Fuencarral. Dinero de bolsillo todos los días, extraño esas propinas generosas que no pagan impuestos y que te mantienen alejado de las preguntas existenciales. Tu labor como botones es hacerle las cosas fáciles a gente. A los estresados de recepción, a los estresados de los ejecutivos de negocios, y a los estresados de las familias con hijos en vacaciones.

Otro hecho de la causa. Me vine a Auckland con una Working Holiday visa, pero no me vine ni a Holiday ni a Working precisamente, me vine por amor. Acompañando a mi churri.

Mala cueva: La depresión económica se hizo oficialmente global en el preciso momento que nuestro avión nos trajo desde Londres con escala en Singapur. Y desde entonces leer las páginas económicas de cualquier peródico ha sido una experiencia excruciante.

Buena cueva: Sin embargo, Kelvin encontró trabajo en un banco, le dieron la Visa de talento y nos mudamos a la ciudad junto con su hermano. Mi familia política es fabulosa y por ese lado ando sobrado de cariño, quien lo habría dicho. El tema gay aquí no es tema.

O más bien, no es un obstáculo.